Óscar Martínez, jefe de redacción de El Faro, realizó un taller sobre crimen organizado

El cronista dictó un taller por dos días seguidos sobre el narcotráfico, el crimen organizado y la migración, aspectos enmarcados en técnicas de reporteo, métodos que usó para sus múltiples publicaciones y consejos a la hora de ejercer la profesión del periodismo.

En los pasados 17 y 18 de mayo, Óscar Martínez dictó el taller llamado “Narcotráfico, crimen organizado y migración” en el auditorio de la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad Diego Portales. En la actividad, el cronista salvadoreño mostró documentación audiovisual, habló sobre los métodos ocupados para sus publicaciones galardonadas y técnicas de reporteo en aquellos contextos que son caracterizados como peligrosos, como la trata de personas y migración entre México y Estados Unidos. 

Para la realización del taller, Martínez se basó en sus experiencias anteriores, iniciando con la época de la posguerra en El Salvador: “Introdujeron muchos periodistas jóvenes a los medios nacionales con el fin de limpiar la imagen de censura del periodismo en el país. Una generación inquieta, queriendo saber porque aun la sociedad era violenta, porque no se podía transitar en las calles y porque aún existían guerrilleros controlando partes del país”.

Para satisfacer aquellas interrogantes, aquellos periodistas jóvenes trataron de introducirse en uno de los aspectos más censurados en el país donde trabajaban, la memoria histórica. El Faro fue la respuesta ante esa necesidad de contar lo que no contaban otros medios de comunicación. 

“En el 2007 empecé a coordinar desde México la cobertura migratoria de El Faro, del cruce de migrantes a través de ese país. Durante 3 años, tres documentalistas, dos fotógrafos y yo, cubrimos exclusivamente la migración, viajando con los indocumentados, entendiendo porque seguía huyendo tanta gente de Honduras, Guatemala y El Salvador. Lo que nosotros pensamos que sería una cobertura migratoria en un comienzo, se convirtió en una cobertura del crimen organizado”, detalló el periodista Óscar Martínez. 

La explicación que entregó para caracterizar de otra forma aquella primera idea de reporteo, fue que vieron a Los Zetas independizarse y desligarse de las drogas clásicas, iniciando la diversificación del delito, además de entender que los migrantes, al llegar a la frontera norte que divide a México de Estados Unidos, necesitaban la guía de un coyote, por lo que los migrantes reunían todo el dinero que tenían para poder pagar los 1.500 dólares a la última persona que los internaba en EEUU: “Ese dinero es el que buscaban Los Zetas, haciendo secuestros masivos y abriendo una ruta de trata de mujeres para explotación sexual. Nosotros no estábamos preparados para una cobertura de este calibre, teníamos 25 años de media y no poseíamos conocimientos suficientes sobre este tipo de temas”. 

El periodista narró que a la mitad del camino se dieron cuenta que empezaron a contar las cosas al revés, al fin y al cabo el foco no estaba en ver cómo la gente huía, sino sobre de lo que huían realmente. “Ya en El Salvador, en el 2010, el tema de las pandillas había cuajado, por lo que al regresar, iniciamos el proyecto de cobertura de la violencia en El Faro, entre el 2010 al 2020, metiéndonos directamente con cárceles expandidas, memoria histórica, normalización de la violencia y crimen organizado, líneas que fundaron al medio en el que trabajo”, explicó Óscar Martínez. 

Como punto principal dentro del taller, el cronista detalló que la premisa es muy importante a la hora de iniciar un proyecto investigativo, esta debe ser ambiciosa, por lo menos en las crónicas y reportajes, dando cuenta de que con una buena premisa, se puede abrir un amplio campo desde donde una persona puede trabajar, encontrando nuevos datos y pasajes de mayor impacto.