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Periodismo

Andrea Lagos y su nuevo libro ‘Voces de Mujer’: “Hay que entender que el abuso no es sólo el que vemos en los medios. Es muchísimo más que eso”

05 / 03 / 2021

La periodista y académica de Periodismo UDP, entrega detalles de su nueva publicación, que trata los distintos tipos de violencia que a diario sufren las mujeres en nuestro país.

El pasado lunes 1 de marzo, la académica y periodista Andrea Lagos lanzó su libro “Voces de Mujer” (Aguilar), un trabajo que recoge las historias de diversas mujeres, quienes narran en primera persona los distintos tipos de abusos y acosos que han sufrido en su vida. Para la autora, el libro busca “transmitir que el abuso no es sólo que vemos en los medios. Es mucho más que eso. Existen hombres que son abusadores y no le andan pegando a la mujer. U otros que son sutilmente abusadores (para la sociedad), pero que su conducta es muy dañina para la mujer”. 

El texto se nutre con los testimonios de 27 mujeres, los que se organizan en cuatro partes donde sus voces y experiencias se entrecruzan. “La primera parte (“Ellas”) es una presentación de cada cual. Quiénes son, cómo fue su niñez y familia, a qué se dedican y cómo estructuraron su vida en la adultez”, explica Lagos. En la parte 2, cada protagonista expone su experiencia de abuso(s), ya sea protagonizado en la calle por un desconocido, o por una pareja, un familiar, un jefe u otro. Además, profundizan en su lucha (o imposibilidad) por detener el espiral de abuso. “Las Huellas” es la tercera parte, donde dramática o esperanzadoramente hablan sobre su incapacidad de superar el trauma o el milagroso conjunto de circunstancias que les permitieron resucitar. La última parte, “El Hoy” contiene el presente de algunas de ellas. Un presente significativo.

Andrea Lagos explica que el libro busca ilustrar la dinámica del abuso a partir del relato de las víctimas (en primera persona), quienes, muchas veces, normalizaron este tipo de conductas. Cada historia enfrentará al lector con que cualquiera puede ser víctima o ejecutor de un tipo de abuso sin darse cuenta. “Es mucho más pedagógico que un libro explicativo porque muestra, exhibe y refleja vidas”, dice Lagos.

En este sentido, la también autora del libro “Precht, las culpas del vicario” (Periodismo UDP), apunta a que con este nuevo libro se buscó contribuir a generar conciencia también en los hombres: “Ellos, muchas veces, no se dan cuenta porque no saben, porque fueron mal formados. Tienen clarísimo (la mayoría) que no deben golpear a una mujer, pero no intuyen la variedad y complejidad de los otros abusos”, concluye.

BUSCANDO LAS HISTORIAS

Uno de los grandes desafíos que debió enfrentar Lagos, fue la búsqueda de mujeres que estuviesen dispuestas a compartir un episodio tan doloroso en sus vidas. “Varias historias las había escuchado en el pasado y las llamé para ver si aceptaban participar. No busqué historias de ellas en redes sociales (dudosa veracidad) y en la prensa o la televisión”.

Otros casos se los sugirió su editor Daniel Olave (Aguilar) y sumó también la información entregada por un par de estudiantes de Periodismo UDP que colaboraron con identidades de mujeres que habían reporteado para algún trabajo. “Voces de Mujer”, logró incorporar distintas historias y protagonistas, en un relato polifónico que busca mantener la atención del lector.

Andrea destaca que el método de trabajo para construir un libro como este, tiene como clave la elección de cada historia. “Una mala elección te lleva a un trabajo frustrado o que no se utilizará”, comenta, para ahondar que no incluyó cada historia que encontró o cada entrevista que realizó. Evaluó la consistencia de cada uno de los relatos y buscó que éstos pudieran ser corroborados por otras personas.

Detalla que todo el proceso fue muy largo, ya que en varias ocasiones ella contactaba a mujeres porque sabía que tenían una historia, pero el encuentro no lograba concretarse. Profundizando en su método, tras transcribir cada entrevista, la ponía en pausa por una semana o un mes, mientras avanzaba con otras mujeres y “después releía el primer testimonio”. De esta manera, pudo velar por la variedad de quienes hablan y cerciorarse que el relato tuviese todos los elementos necesarios.  

 Tras esta experiencia, la académica UDP sentencia: “Aquí las mujeres quieren hablar. Ya no les da vergüenza. Es demasiado evidente que queremos contar. Y contar sin edulcorantes”.