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El Futuro del Periodismo

Voces que revelan la verdad: ganadoras de los premios Maria Moors Cabot de 2025 recuerdan sus trayectorias

27 / 11 / 2025

Conversamos con las protagonistas de la 87ª edición de los premios Maria Moors Cabot de la Universidad de Columbia, uno de los más prestigiosos en el periodismo mundial. Se trata de Natália Viana, cofundadora de Agência Pública (Brasil); Isabella Cota, miembro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (México); y Omaya Sosa Pascual, cofundadora del Centro de Periodismo Investigativo (Puerto Rico).

sonaban las voces y el ruido de los cubiertos. La sala estaba repleta de invitados. Había profesores, administrativos, estudiantes y familiares de las ganadoras. De repente, se apagaron las luces y una voz sonó por los parlantes. El decano de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, Jelani Cobb, iniciaba el discurso de apertura del evento. Tras unas breves palabras iniciales, afirmó que hoy en día en Estados Unidos “hablar español en público se ha convertido en un acto político” y continuó el resto del discurso en ese idioma.

Y es que los premios Maria Moors Cabot son el reconocimiento más antiguo al periodismo internacional. En su octogésima séptima edición, por segunda vez en su historia, las cuatro premiadas eran mujeres. Pero, por primera vez fueron cuatro profesionales latinoamericanas, tres de ellas hispanohablantes. Se reconoció con la medalla de oro Maria Moors Cabot a mujeres latinas por su excelencia profesional y trayectoria en la investigación periodística.

Las palabras del decano dieron paso a la presentación de las galardonadas, cuatro periodistas que desde distintos puntos de Latinoamérica han desarrollado una trayectoria marcada por la investigación, la independencia editorial y la defensa a la libertad de prensa A continuación, la brasileña Natália Viana, cofundadora de Agência Pública; la mexicana Isabella Cota, miembro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación; y la puertorriqueña Omaya Sosa Pascual, cofundadora del Centro de Periodismo Investigativo relatan los desafíos, aprendizajes y convicciones que han guiado su trabajo.

 

Isabella Cota: explicar el mundo desde el periodismo económico

Septiembre de 2008. El mundo financiero se derrumbaba en plena quiebra de la firma de inversiones más grande del mundo, Lehman Brothers. Era el inicio de la crisis financiera más grave desde la Gran Depresión, pero también el comienzo de la pasión de Isabella Cota por el periodismo económico.

Sólo había pasado una semana desde el inicio de clases de su maestría en Dinamarca, cuando la noticia hacía tiritar al mundo financiero. “Mis profesores, que eran las mentes más brillantes de Europa en materia de comunicación y periodismo, ni siquiera ellos nos podían explicar qué es lo que estaba pasando en el mundo”, recuerda Cota, mientras está sentada en el pasto del campus de la Universidad de Columbia. En medio de la confusión, algo le quedó claro: para entender el mundo, debía saber descifrarlo desde las finanzas.

 

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Han pasado 17 años desde aquel suceso y desde ese momento la periodista mexicana ha trabajado para explicar cómo la economía afecta la vida de los ciudadanos. Su labor va desde demostrar las fuerzas del mercado hasta exponer la corrupción en su país.

Fue en 2021, cuando Isabella Cota y su pareja Adam Williams, quien también es periodista, publicaron una investigación, que para ella es la más importante en la que ha participado. De forma independiente, revelaron cómo una empresa estadounidense, con un par de días de existencia legal, comenzó a recibir contratos multimillonarios del gobierno mexicano para la comercialización de gas natural.

“Si piensas en la corrupción en su definición más amplia, pues los conflictos de interés en temas del uso del erario son corrupción”, explica la periodista. Según Cota, “los impuestos de los mexicanos se estaban utilizando para firmar contratos de 15 mil millones de dólares por 25 años con una empresa que se iba a beneficiar”.

El impacto de la investigación traspasó fronteras: una corte federal de Texas abrió un caso civil contra dos funcionarios, ambos acusados de corrupción. El juicio empezará “el próximo año, si es que todo marcha como va, en donde se va a decidir si hubo corrupción o no, por lo menos en los ojos de la ley americana”, explica la periodista.

Pero detrás de cada investigación, Isabella siente una “cierta ansiedad en el pecho”. Desde el año 2000, aproximadamente 140 periodistas mexicanos han sido asesinados, según Reporteros Sin Fronteras. La misma organización ha calificado a México como el país sin guerra más peligroso del mundo para los periodistas. 

“Yo no tenía manera de saber que el país iba a caer en la espiral de violencia en la que cayó”, explica Isabella con una voz temblorosa. Tras sus lentes, sus ojos se humedecen, pero las lágrimas nunca cayeron. Esas mismas palabras las mencionó un día después, en su discurso de premiación.

Aunque las consecuencias de su labor sean peligrosas, ella sigue en esto: “Por una parte no puedo no hacerlo, esta es mi personalidad, y por otra, porque tiene todo el sentido del mundo esta lucha para mí”.

 

Natália Viana: “Creo que la magia de los periodistas es que si estás muy obsesionada encuentras una forma de sobrevivir”

Desde la ciudad de Nueva York, tras una extensa reunión de trabajo, Natália Viana recuerda sus primeros pasos en el periodismo. Aunque sabe hablar un poco de español, prefiere continuar la conversación en inglés, que es el idioma en el que más se puede desenvolver, aparte del portugués.

Sus primeros pasos en el periodismo empezaron en la universidad. “Cubría violaciones de derechos humanos e historias muy profundas, que es lo que siempre me movió”, expresa Viana. Fue el contexto político y social de su país lo que la impulsó a seguir en este oficio: “Brasil es uno de los países más desiguales del mundo. Estaba mirando los números ayer. El 1% de la población tiene, creo que el 26% de la riqueza”.

 

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Esas cifras se ven reflejadas en la sociedad brasileña: desde los residentes en las favelas hasta la población conocida como los quilombos, quienes son descendientes de personas esclavizadas. Sin embargo, un grupo fue más importante para la carrera de Viana, el colectivo Landless Movement, conocido en español como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra.

“Fue muy importante conocer a las personas que están haciendo esto, porque se veían como crímenes, como invasores de tierras. Y fue muy agradable entender que estos eran básicamente personas que eran pobres, pero que estaban muy conscientes de sus derechos, como el derecho a vivir y el derecho a la tierra”, detalla Viana.

Hace 15 años, Viana cofundó un medio de comunicación independiente llamado Agência Pública, en el que se especializan en periodismo investigativo. La periodista explica que el medio “tiene más de 85 premios, nacionales e internacionales. Así que ganamos la reputación básicamente por mostrar la calidad de nuestro trabajo”. Sobre el financiamiento, aclara que “es muy similar a las organizaciones de derechos humanos que no hacen periodismo. Así que son las fundaciones y son las personas que donan para que existamos”.

De todas formas, Viana ha tenido que enfrentar retos en su carrera. “Brasil es una sociedad muy sexista, así que el hecho de que sea mujer cambia todo”, argumenta. “Cambia la manera en que las fuentes te hablan, especialmente si son hombres, sobre todo en posiciones de poder. Hacen más amenazas en línea porque piensan que te pueden asustar. Hacen más preguntas, para que la gente piense que no sabes del tema”, relata.

Uno de sus trabajos más notables es el reportaje “San Gabriel y sus demonios”, en el que investiga la razón de por qué el lugar con mayor población indígena del Amazonas de Brasil también es el que tiene mayor índice de suicidios. Para reportear a San Gabriel debía viajar cuatro horas en avión y tres días en barco, según el Festival Gabo, misma fundación que le otorgó un premio en 2016 por este reportaje. Pero la mayor dificultad para Viana “fue cómo reconciliar el hecho de que los indígenas tienen un concepto diferente de salud y vida y muerte, como el suicidio”.

“Siempre hubo dificultades, pero creo que la magia de los periodistas es que si estás muy obsesionada encuentras una forma de sobrevivir”, explica Viana, con una ternura en su voz.

“Siempre encuentras una forma de sobrevivir”.

 

Omaya Sosa Pascual: la independencia como fundamento

En 2017, el huracán María azotó a Puerto Rico. El vendaval no sólo arrasó con techos y caminos. También barrió con las certezas de la institución pública. La periodista Omaya Sosa Pascual se negó a creer las irrisorias cifras oficiales de los damnificados. El gobierno sostenía que fueron 64 muertos. Sosa Pascual, cofundadora del Centro de Periodismo Investigativo (CPI), decidió investigar en terreno en busca de los nombres de los desaparecidos que no figuraban en los registros gubernamentales. Casa por casa, documento por documento, demostró que la tragedia fue miles de veces más grande. Su investigación concluyó en el reconocimiento por parte del gobierno de casi tres mil muertes. Desde entonces, trabaja en medios independientes fundados por ella. Sentada frente al Pulitzer Hall de la Universidad de Columbia, Sosa Pascual afirma: “la verdad periodística debe ser independiente. Lo demás es propaganda”.

El desastre transformó su carrera. “Empezamos a publicar a seis días del huracán”, recuerda. “Demandamos al gobierno, revisamos certificados de defunción, entrevistamos a casi quinientas familias”, sigue. La investigación, que comenzó individualmente, evolucionó en un trabajo colaborativo con más de 30 periodistas entre el CPI y los medios internacionales Quartz y Associated Press. Fue la primera vez que un producto periodístico puertorriqueño adquirió cobertura a nivel global.

Dos años después, Puerto Rico volvió a estremecerse con otra revelación del CPl: Los RickyLeaks. Fueron 889 páginas filtradas de chats de Telegram entre el entonces gobernador Ricardo Roselló Nevares y sus colaboradores políticos –o, brothers, como él los llamaba–. En ellos, el exgobernador y sus asesores exhibían sus planes partidistas con recursos públicos, entre bromas de tipo sexual, misóginas y burlas a periodistas y organizaciones sociales. “El contenido de los chats era tan fuerte que la gente tenía que verlo con sus propios ojos”, dice Sosa. “Entonces, decidimos publicarlos completos”. La totalidad de los chats se pueden ver en la publicación original del texto.

El reportaje encendió la yesca del descontento ciudadano. Pocos días después de la publicación Roselló Nevares dimitió.

Detrás de cada investigación hay un principio rector que Sosa defiende con firmeza: la independencia. “Si no somos independientes, la verdad no la sabemos”, afirma con seguridad. Sostiene que en una pequeña isla caribeña donde los medios tradicionales dependen de los intereses económicos, la aparición del CPI fue una rareza necesaria. Recuerda que el medio se fundó con dos periodistas a medio tiempo y un salario mínimo. Hoy cuenta con veinte reporteros y es parte de una red de medios de investigación colaboradores del Caribe. La clave, asegura, fue aprender a sostener un medio sin fines de lucro mediante subvenciones de organizaciones, donaciones ciudadanas, talleres y eventos. “Hemos tenido que aprender a gestionarlo como un negocio, pero con un propósito mucho más grande: que la información siga siendo pública”.

Cuando Sosa Pascual habla de su trabajo, lo hace con la serenidad de quien ha resistido todo tipo de obstáculos. Ser mujer, sostiene, añade una capa más de dificultad a un oficio que es peligroso por naturaleza. “Los hombres creen que eres su secretaria. Cuando los entrevistas, te miran de otra forma, te invitan a salir en medio de una entrevista”, comenta con ironía. Pero esos obstáculos nunca la detuvieron. “Después de pasar por esto te haces más fuerte. Ya nada te asusta”. En la actualidad, según la página web del CPI, cuatro de los cinco editores son mujeres. “Durante dieciséis años la plana mayor del medio fuimos todas mujeres”, dice con un orgullo evidente en la cara. “Demostramos que podemos liderar con rigor, pero con empatía a la vez”, continuó.

Hoy, Sosa Pascual y el CPI enfrentan una nueva amenaza: el Estado. En 2024 publicó una investigación que reveló fraude electoral en Puerto Rico. Sosa Pascual y la Directora Editorial del CPI, Wilma Maldonado, revelaron que personas fallecidas figuraron votando válidamente en elecciones. En vez de fiscalizar a la Comisión Estatal de Elecciones, el Departamento de Justicia de Puerto Rico inició una investigación en contra del medio, alegando que obtuvieron el padrón electoral de forma ilícita. Pero, a estas alturas, la periodista dice estar curtida con estas situaciones. “Estamos acostumbradas a litigar contra el Estado. Hemos ganado todas las 30 demandas –más de una por año–. Nos hacen todo tipo de trampas, todo tipo de obstáculos para no poder acceder a información oficial. Sabemos que cada documento público o entrevista al que queramos acceder es una batalla que hay que dar”, finalizó.